Quiero comprar un perro

Pero, ¿qué cosas son importantes a la hora de elegir mi nuevo compañero canino?

En nuestro país tenemos muy arraigada la costumbre de compartir nuestra vida con compañeros felinos y caninos, y muchas veces estos animales llegan a nuestras vidas de modos inesperados, encontrados abandonados, regalados por conocidos... etc. Sin embargo, otras veces nuestros compañeros son producto de una compra impulsiva, como regalo para nuestros hijos o amigos, y aquí es donde nos encontramos los problemas. Profundizamos en una parte de esta problemática en elegir el cachorro ideal y en la adquisición de un perro.

Una vez hemos decidido comprar en lugar de adoptar y hemos escogido, con los criterios más acertados, la raza del que será nuestro compañero (tema tratado en carácter de raza e individuo), debemos de pensar donde obtener al futuro nuevo miembro de la familia. Esta decisión muchas veces se toma precipitadamente y de manera inadecuada, dando lugar a problemas en los que profundizaremos más adelante.

Uno de los mayores problemas hoy en día es que decidimos tener perro de un día para otro, y lo queremos lo más pronto posible. Esta decisión debería requerir más tiempo y ser más meditada, porque muchas veces nos encontramos comprando perros que nos darán problemas futuros.

¿Debo comprar a mi compañero en una tienda?

Con honrosas excepciones, la compra de cachorros en tiendas de animales es una mala elección. Lo primero de todo porque las tiendas sólo son eso, tiendas, y (generalmente) no crían ellos a los cachorros que venden, les son subministrados por criadores, muchas veces sin respetar el periodo de impregnación que puede dar problemas para el desarrollo etopsicológico del animal.

Otro problema de las tiendas, éste más actual, es la proliferación de las llamadas "granjas de cachorros" (puppy mills).

Este fenómeno es poco conocido pero está muy extendido. Se trata de explotaciones masivas de perros, ubicadas principalmente en los países del este pero pueden estar en cualquier lugar, donde los cachorros son separados muy pronto de sus madres, viajan hasta nuestro país en camiones amontonados como si fueran mercancía, muchos enferman y mueren durante el viaje y los que consiguen vivir lo suficiente son vendidos al peso a tiendas con tan pocos escrúpulos como para poner a estos cachorros en sus vitrinas. El coste de estos animales es reducidísimo para las tiendas, y el comprador incauto normalmente se lleva un perro que está incubando una enfermedad (generalmente parvovirosis) por lo que a los pocos días de comprar a su cachorro, se ve en la tesitura de ingresarlo muy grave en el veterinario, con el subsiguiente coste que eso supone (mucho mayor al precio del cachorro) y con escasas esperanzas de supervivencia para el animal. Cuando este comprador reclama a la tienda, le dicen que le cambian el cachorro ingresado por otro, que lo deje morir. Casi ningún comprador tiene esta falta de ética para hacer tal cosa, por lo que normalmente acaba sin perro y sin dinero (el del cachorro más el gastado en el veterinario).

¿Debo comprar mi compañero a un particular?

Nuevamente, con pocas excepciones, la compra a un particular no suele ser una buena idea. Normalmente son perros muy baratos, que se venden sin pasar por Hacienda (constituyendo un delito) y que suponen una competencia desleal muy elevada para los criadores honrados.

Al margen de esto, los particulares por norma general suelen desconocer completamente cómo se debe criar con perros, y se limitan a juntar a su perro con la perra del vecino, dando lugar a cachorros que venden a un precio muy bajo. Aparte de la irresponsabilidad que supone criar perros sin saber que las hembras necesitan una serie de cuidados y seguimiento veterinario importantísimos durante el embarazo (La cría I, II y III) y parto (parto de una perra), nos encontramos otra serie de inconvenientes.

• Los cachorros suelen ser entregados demasiado pronto, sin respetar el periodo de impregnación antes nombrado.
• La ausencia de pruebas genéticas en los progenitores puede suponer que nazcan cachorros afectados de enfermedades muy graves y caras de solucionar (en ocasiones imposibles) que corren a cuenta del nuevo dueño (el particular no se suele responsabilizar nunca de los gastos que ocasionen sus cruces mal seleccionados).
• Al disponer de pocos ejemplares progenitores (su perro y la del vecino) no se aseguran de que éstos sean individuos aptos para la cría, es decir, que sigan a la perfección el estándar físico y comportamental de la raza. Lo cual es importantísimo cuando buscamos un perro de raza, porque si seleccionamos una raza es porque nos gusta su físico y su carácter. A nadie le gustaría encontrarse con un perro que no tiene nada que ver con aquello que buscaba.

Por si esto por sí mismo no fuera poco, entre las compras a particulares están proliferando en nuestro país una serie de timos y estafas en las que pica demasiada gente. Con la llegada de Internet se ha vuelto una costumbre para particulares con poca difusión vender sus camadas por páginas de compra/venta como milanuncios, segundamano, tablonia... etc. En estas páginas han nacido una serie de estafadores que te ofrecen perros baratísimos o incluso regalados a cambio de los portes de envío del animal. En el "mejor" de los casos el comprador que cae en la trampa recibe un perro traído del este con las mismas características que los que hemos nombrado arriba, pero se están dando muchísimos casos de estafas, en las cuales el comprador ingresa el dinero y jamás recibe a su perro. La ley de nuestro país, además, está siendo muy permisiva con estas situaciones y las páginas de compra/venta están plagadas de este tipo de anuncios sin que las autoridades competentes hagan nada al respecto, a pesar de las múltiples denuncias por parte de compradores estafados.

¿Debo comprar mi perro a un criador?

Sin lugar a dudas la mejor elección que se puede tomar a la hora de comprar un perro de raza es acudir a un criador. Sin embargo, no todos los criadores que existen (esto es, aquellos que tienen afijo y están registrados en la Real Sociedad Canina de España -RSCE-) pueden considerarse "buenos" criadores. Es decir, aunque compremos a un criador hay que mirar muy bien a qué criador compramos.

La cría y venta de perros en España es una profesión no regulada profesionalmente. Esto significa que cualquier persona puede ser criador y por lo tanto en este mundo nos vamos a encontrar personas que aman a los animales, y personas que realmente sólo buscan dinero.

Una buena forma de seleccionar un criador es atender a una serie de características, que nos indican su calidad:

• El criador sólo cría una o dos razas de perros. Esto significa que no se mueve por modas, si no por amor a las razas que le gustan, y por lo tanto tiene tiempo de esforzarse en aprender todo lo que requiere su raza y proporcionar cachorros fruto de cruces de calidad.
• El criador sólo tiene una media de dos camadas anuales, por raza. Esto significa que a pesar del volumen de perros que maneja, su intención no es "fabricar" cachorros para ser vendidos y embolsarse dinero, si no que su intención es criar para mejorar la raza y aportar cosas a la misma. Deja a las perras descansar al menos un celo tras un parto y cría con ellas en las edades adecuadas (entre los 2 y los 5 años). Esto también significa que es posible que los costes de producir las camadas sean superiores a los beneficios económicos, y por lo tanto podemos encontrarnos perros muy caros pero, sin duda, de calidad.
• El criador cría en ambiente familiar, sus perros nacen en casa y se desarrollan durante las primeras semanas con su familia y sus otros perros y animales. Esto provee a los cachorros de un correcto periodo de impregnación y un buen comienzo del periodo de socialización. Criadores que tengan sus perros en cheniles, y dichos cheniles en terrenos que visitan una vez a la semana carecen de esta calidad.
• El criador permite al comprador seguir la camada desde antes de la monta, proporcionando toda la información requerida sobre pedigríes de los progenitores, carácter de los mismos... etc. Esto demuestra buena fe y preocupación por parte del criador, que siempre intentará conocer a los futuros dueños de los cachorros para asegurarse de que sus perros van a parar a buenas manos. Permitirá al comprador conocer a los padres de los cachorros, evaluar su carácter, ver la camada desde su nacimiento hasta la separación de los cachorros de su madre... etc.
• Un buen criador, además, proporcionará al comprador un certificado que le garantice que el cachorro que va a comprar proviene de unos progenitores que están libres de enfermedades genética hereditarias que pongan en riesgo la vida del cachorro, o que influyan de alguna manera negativa en su salud. También se hará cargo de los gastos que ocasione un problema de salud si éste es fruto de su método de cría. Esto garantiza al comprador que su cachorro es un "producto" de calidad, y que puede estar tranquilo respecto a la salud de su nuevo compañero en cuanto a enfermedades genéticas se refiere.
• El buen criador entregará a sus cachorros vacunados y desparasitados, con todos los papeles en regla y con la posibilidad de solicitar el pedigrí si el dueño así lo deseara. Separará a los cachorros de la madre con el tiempo adecuado y se preocupará de haber llevado correctamente las etapas iniciales de impregnación y socialización.

Estas, entre otras características, son las que nos ayudan a distinguir a un buen criador de un criador mediocre (o vende-perros). Por lo tanto, no es el coste del cachorro el que nos va a indicar su calidad, si no la evaluación de su criador. Lo que es seguro es que un buen perro cuesta dinero, pero es un dinero bien invertido y con la seguridad de que no estamos adquiriendo un perro enfermo genéticamente o de pseudorraza (sin saber muy bien su ascendencia).

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Willy Nijsen