Piraña va a la escuela
Pi, el perrito super-sympa
Hola, somos Raquel, Irene, May y Sebastián, los dueños y familia de Piraña, "Pi", para los amigos.
Nos gustaría transmitiros nuestra experiencia con la educación de nuestro perro, Piraña, en la Escuela Canina Maya.
Cuando nos decidimos llevarlo a la escuela llevaba ya con nosotros varios meses y veíamos que los resultados de nuestros esfuerzos en la educación eran nulos, y lo que nos temíamos, se empezaba a repetir la historia que nos pasó con otro perro que tuvimos un año antes, Seira, y que "perdimos" en una de sus escapadas a la calle, pérdida que resultó muy dolorosa. Aprovechamos esta mención a Seira, para mandarle nuestro saludo y cariño, allí donde esté, porque también fue merecedora de nuestro cariño, a pesar de su mala educación, y que hoy nos damos cuenta de que los principales responsables fuimos nosotros, al no saber cómo educarla.
Es por ello, por una experiencia negativa con un perro "falto de enseñanza", y otra muy positiva tras el paso por la escuela, que nos hemos dado cuenta de la tremenda importancia que tiene una buena enseñanza del perro, de éste y de sus "amos", o mejor, de todos los que convivimos con él; y queremos hacer hincapié en esto porque más importante que el perro aprenda, creemos que es el que sus dueños sepan tratarlo y entenderlo, y para ello tenemos que concienciarnos de varias cosas, que deben quedar claras cuanto antes mejor, desde la llegada del perro a casa, y para esto es esencial que sus dueños aprendan primero.
Tan importante, o más, que el perro aprenda una serie de órdenes, creemos que es saber quién es el perro, cuál debe ser su lugar en la casa, qué queremos de él, cómo debe ser su comportamiento, saber cómo tratarlo, las relaciones entre humanos y perro, porque en definitiva él no es más que un perro y como tal debemos tratarlo y dejarlo ser. Estos aspectos fueron los que más nos chocaron desde el principio, lo confundidos que estábamos en cómo es el "can", sus principios, sus costumbres; a partir de ahí enseñarle órdenes fue fácil. Y es esto lo que nos gustaría transmitir de nuestra experiencia, más que hacer un extenso y cansino escrito sobre cómo es Piraña o qué cosas aprendió, nos gustaría, porque creemos que es más importante, esencial, esos primeros conceptos, de la jauría, del jefe de manada, la autoridad, el perro como "parásito", etc.
Fue aquella primera entrevista con Willy, el instructor en la escuela canina, la que nos enseñó más, y más nos costó asimilar. Incluso resultó duro asumir por algunos miembros de la familia aquellas cosas que nos decía. Pero resultó más que interesante, nos cambió nuestro concepto del perro y a partir de ahí todo empezó a ir mejor.
Lo que más nos costó fue aquella primera vez, que tras la entrevista en la escuela, hubo que corregirle, y tuvimos que imponernos mediante la imitación de un "mordisco" con la mano en su cuello, él intentó revolverse, resistirse e incluso morderme; y eso de aguantar hasta que el perro se dio cuenta quién podía más y se puso sumiso, costó mucho, fue un momento duro para todos, para mí, que tuve que "ejecutarlo" y para el resto de la familia que lo presenció; pero creo que fue un momento crucial. A partir de ahí, le quedó claro quién era el jefe y quién mandaba. A partir de ese momento todo fue mucho más fácil.
Ese primer momento de castigo (luego apenas ha hecho falta) y no caer en la tentación del exceso de cariño y premio (sobre todo para los pequeños de la casa) fue lo más difícil; a partir de ahí, la enseñanza, con los consejos del profesor, no resultó tan difícil. Que aprenda a sentarse, juntos, espera, etc. ya es mucho más fácil, lo difícil es lo primero.
A pesar de esos primeros momentos difíciles, el paso por la escuela canina, ha sido una experiencia muy agradable y gratificante, nos ayudó a comprender mejor a nuestro perro, a saber cómo es. Hoy nuestra relación con él es mucho mejor, agradable y estable. Incluso él, creemos que es más feliz y disfrutamos todos (jauría-familia) de esa relación.
Y si además tu perro es tan "inteligente"
como el nuestro, verás cuánto partido puedes sacarle, cuánto más puede
aprender, y cuánto puede enseñarte él a ti, porque aprenderás tanto del
profesor como de su alumno (Pi), porque también él te enseña y te da
cosas, verás la de sonrisas que te saca con sus cosas, sus carreras, sus
gracias. Verás cómo te complace su compañía, cómo entiende cuando
quieres tranquilidad, cuando estás en el sofá y él se tiende a tus pies
hasta que se queda dormido. O cuando hace esos gestos que a veces son
tan parecidos a los nuestros, o cuando te da sus cariñitos. Sí, hoy día
somos felices con nuestro "PI".
El Puerto de Santa María, a 20 de Enero de 2.004
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