Publicado: 27/10/2010 19:26
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Casi apostaría porque, en breve, cuando hayan crecido un poco más, será Juana quien le explique a Felipe quién come, qué y cuándo. Pero bueno, como puede haber alguna bronca que otra, será mejor evitarlo ahora que son cachorrillos.
Para ello, les tienes que dejar claro que "tú" pones la comida, y tu decides cuándo y qué comen: cada uno lo que tenga en su comedero.
Este verano he tenido otro perro viviendo con mi canija y conmigo. Mi canija es muy tragona (sólo piensa en comer, sueña con comer a todas horas). Al ponerles la comida los primeros días, mi canija aspiraba la suya y se iba directa al comedero del otro perro que, para colmo, era lentísimo comiendo, para ver si le podía birlar algo. Yo me ponía delante de ella para impedírselo, le decía "no" e intentaba que permaneciese sentada delante de mí mientras el otro perro acababa de comer. Normalmente cumplía, pero alguna vez intentó zafarse y tuve que pararla poniendo mi pierna delante. (Normalmente, cuando está haciendo alguna gamberrada, es suficiente con que me ponga delante de ella o le chiste para que pare, pero ya es bastante más mayorcita que tus perritos). Cuando lo hacía bien y esperaba sentada hasta que el otro perro acababa, le daba dos bolas extra de premio.
Cuando el otro perro empezó a coger confianza, era él el que intentaba coger la comida de mi perra. Supongo que, como al principio lo defendía a él, se creyó el "favorito" a la hora de comer. Lógicamente, tuve que decirle que no. Así que, me pasé unos cuantos días plantada en el medio de los dos para que cada uno se comiese lo suyo. Sólo tuve que chistarles un par de veces. Rápidamente pillaron que, si no comían como era debido, les quitaba la comida un rato y, se acabó el problema.
Lo único que no pude evitar fue que, al acabar los dos de comer, cada uno se fuese rápidamente al comedero del otro, para ver si había quedado algo. La verdad es que me hacía mucha gracia.
Insiste con Felipe. Colócate delante de él e intenta que se quede quieto mientras Juana come. Si lo hace bien, premialo. Poco a poco serán ellos quienes se controlen, pero recuerda que siempre eres tú la dueña de la comida y que con ella no caben broncas. Si se ponen pesados, se la retiras un rato y punto.
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