Baudin Veteran@
Registrado: Dic 2008 Mensajes: 1360 Ubicación: Valdemorillo Madrid
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Publicado: 22/02/2009 23:13
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Adoptar un perro abandonado es un acto que dice mucho a favor de la persona que así lo hace; habla de su sensibilidad y de su capacidad de aceptar poner en su vida un animal que tiene un pasado raras veces conocido, un pasado que –desgraciadamente— suele ser, con demasiada frecuencia, sumamente traumático para el individuo, lo que le hace ser imprevisible, arisco, desprendido, desconfiado, en algunos casos, si bien también se puede dar –y así ocurre, con bastante frecuencia— que precisamente por esa necesidad especial, y casi compulsiva, de afecto y atención, se convierta ya no en el compañero ideal sino en la auténtica sombra de ese propietario que le ha salvado de una vida a todas luces difícil y triste, si hubiera de seguir sólo.
La mayoría de quienes optan por esta posibilidad, que les honra, son personas que ya han tenido o tienen otro u otros perros o mascotas y que se muestran, quizás precisamente por eso, especialmente sensibles hacia esos animales que no han tenido tanta suerte como los propios. En ocasiones puede tratarse de hombres o mujeres de mediana edad, que viven solos y que buscan paliar los efectos de su propia soledad con la compañía del perro; tantas veces son además personas con escasos medios económicos, que no pueden pensar en acercarse a un criador reputado o a una tienda especializada para adquirir un ejemplar de raza, con todos sus papeles en regla, con el consiguiente costo añadido que ese hecho tiene para su bolsillo. Pero otras veces, se trata de parejas plenamente consolidadas, que deciden darles a sus hijos la oportunidad de convivir con su primera mascota, a la vez que tienen muy presente que eligiendo a un animal de cuántos están recogidos en Centros municipales o privados, le están dando una segunda oportunidad. También puede ocurrir, y de hecho ocurre, que se trate de gente que ya convive con otro animal de compañía, sea o no de la especie canina y se trate o no de un ejemplar de pura raza que, sencillamente, satisfecha con su experiencia de convivencia, decide que ha llegado la hora de incluir en “su” familia otro miembro más y que, ya puestos, mejor será que se trate de uno que esté desamparado, desprotegido y, si cabe, más necesitado de esa nueva oportunidad.
Sea como fuere, el caso es que a unos y a otros se les pueden plantear toda una serie de dudas… ¿Será el animal que ha vivido en una perrera durante semanas o meses, capaz de adaptarse fácilmente a la vida en un piso?, ¿será el perro al que nunca se han enseñado un mínimo de normas de convivencia, susceptible de aprenderlas sin demasiadas dificultades?, ¿se adaptará?, ¿sus experiencias pasadas, que cualquiera dará por sentado que en un momento dado no han sido precisamente positivas, no le afectarán a la hora de tener que convivir con seres humanos, máxime si en el pasado los seres humanos les han traicionado e incluso maltratado? ¿Podrán los perros que han vivido en condiciones extremas de abandono y maltrato, reciclarse y después de haber tenido que emplear uñas y dientes para sobrevivir, ser nuevamente apacibles y serenos?
Obviamente cada una de estas cuestiones y muchas otras que pudiéramos plantearnos al respecto, van a tener múltiples respuestas. El perro, cualquier perro, es un ser vivo capaz de manifestar diferentes comportamientos dependiendo de las situaciones en las que tenga que verse y de las circunstancias que le hayan de rodear en cada preciso momento. No es tanto cuestión de que se trate de un animal previamente abandonado y maltratado –aunque esto pueda tener cierta influencia, ocasional y puntualmente, al menos— sino de cuáles sean los rasgos que de modo más significativo definen su personalidad e influyen en su comportamiento. Y, por esta misma regla de tres, siempre habrá animales que habiendo vivido cómodamente, protegidos y cuidados toda su vida, sean poco de fiar y capaces de darnos algún susto y otros, que habiendo tenido que vérselas con el mayor cúmulo imaginable de adversidades y dificultades sean sin embargo perfectamente fiables y totalmente tranquilos, independientemente de lo que se les ponga por delante.
Pero no es menos cierto que quienes hemos tenido la oportunidad de tratar y convivir con perros “rescatados”, bien porque los hayamos recogido directamente de una cuneta o porque hayamos ido a buscarlos a una perrera, independientemente de que se trate de mestizos o de ejemplares aparentemente puros (si bien no lleven en la boca el consabido pedigrí de tres o más generaciones que lo acredite), hemos comprobado hasta la saciedad que estos animales, quizás porque han estado abocados al menos temporalmente a vivir en situaciones límites, en las que han tenido que buscarse las mil y una maneras para sobrevivir, parecen más listos, más rápidos, más capaces de aprender y resolver problemas y, también, más agradecidos, como si de alguna manera, las dificultades y penurias vividas les hayan hecho crecerse ante la adversidad y valorar más lo que de bueno les podamos nosotros, luego, ofrecer.
La lógica nos dice que es perfectamente razonable esperar que tenga que producirse una etapa de adaptación; etapa esta que varía dependiendo de múltiples circunstancias. El cachorro, probablemente, estará más presto para sumergirse enseguida en lo cotidiano, como si se tratara de una tabla rasa en la que nosotros escribimos lo que mejor nos parezca, pero quizás el perro ya más “curtido” tenga mayor dificultad para acatar nuevas reglas y normas, en especial si ha sobrevivido a su libre albedrío durante un cierto tiempo. ¿O no? Estas dudas, realmente, sólo tienen una forma de ser resueltas: probando y esperando a ver qué pasa. Siendo pacientes y a la vez firmes, cariñosos pero también suficientemente exigentes, para que el animal sepa que tiene a su lado a un guía del que poder fiarse y por el que dejarse conducir, como lo haría, en estado salvaje, bajo la tutela del perro Alpha del grupo social al que hubiera de pertenecer. _________________ Es dificil ser humilde cuando compartes la vida con un bullmastiff
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Dulce Veteran@
Registrado: Nov 2008 Mensajes: 856 Ubicación: Alicante
Valoración: 0
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Publicado: 23/02/2009 10:06
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Yo opino que adpotar es lomejor que se puede hacer. Yo tengo dos perros bueno una de mi famali y otro mio. No son adoptados son de anucios que los regalan por ser mestizos pero no son coompradoss. Pero en mi trabajo hay 2 y las dos son adptadas y sabes que, la mayor es mejor que la peke. A una la adptaron con 1 años o eso nos dijeron mas o menos, y la otra de caxorra tenia dos meses.... A la de 1 años Sira habia sido maltrada, tenia el mokillo y estaba desnutrida....pesaba 10 kilos. Le estube dando de comer con la mano para que comiera llevandola todos los dias al vet(si yo la llevaba....aunque soy administrativa jaja) y ahora pesa 20 kilos es super buena y es muy obediente. Mientras que la peke Lula no hace ni puto caso jajaja Es menos agradecida que la grande jajaja. Y tambien adoptaron a otra a Vera pero esa fue la primera, murio.... cojio parburetosis(o como se diga) y la paso, pero cojio el mokillo y eso no lo supero.....
Y me alegro qeu las cojiera de la protectora jaja. A sira la salvo, si no la llegan adoptar ahora estaria muerta y es preciosa. Tengo poner fotos de ella es guapisima y me encanta hace todo lo que le digo, me da la pata, se sienta, se tumba, hace el muerto, viene, juega conmigo jaja es la alegria del kurro jaja _________________ El perro es el mejor amigo del hombre, el nunca te falla siempre esta hay y EL NUNCA TE ABANDONARIA.
Pensarlo antes de hacerlo
http://perrillosbuscandohogar.blogspot.com/
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Sila Cachorrit@
Registrado: Mar 2009 Mensajes: 16
Valoración: 1
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Publicado: 18/03/2009 14:23
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Hola! Yo también estoy pasando por una experiencia de adopción. Cogí a mi perrita el 2 de enero de este año, estaba abandonada en la perrera. Estoy teniendo bastantes gastos de veterinario y tiene ansiedad por separación cuando me marcho de casa pero no la cambiaría por nada. Nunca he tenido perro aunque me han gustado muchíiiiisimo los animales desde niña. Vivo sola con lo cual la idea de traer a un cachorrillo era imposible porque no podría dedicarle todo el tiempo que necesita, gastarme un dineral en un perro de raza tampoco entra en mis ideas así que me decidí por adoptar. Primero me ofrecí como casa de acogida y luego me lancé. Nunca pensé que se podría querer tanto y tan rápido a un animal. A pesar de todos los líos, los gastos, los nervios y preocupaciones, el cansancio,.... al tercer día cuando la tenía vomitando por el salón (luego supe que tenía parásitos intestinales) y me miraba con unos ojitos ..... yo supe que era para toda la vida. Es una experiencia increible pero desde luego hay que estar preparado para todo: limpiar, visitas al vete a cualquier hora, sus paseos, su higiene, la educación, los problemas de comportamiento, los traumas que pueden llevar....... y sobre todo hay que estar dispuesto a ciertas renuncias y todo por su bienestar, que al fin y al cabo es el mío también. Yo si ella está feliz y tranquila, yo también lo estoy
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Iria Veteran@
Registrado: Oct 2008 Mensajes: 2400 Ubicación: santiago de compostela
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Publicado: 18/03/2009 14:39
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Sí, al principio a veces vienen muy mal. Pero te puedo decir que no encontrarás perro más agradecido. Y la ansiedad por separación se cura siguiendo unos sencillos métodos. La mía del refugio es de lo más sano que encuentras... y eso que supuestamente tiene cáncer(ahora ya no lo tienen seguro :roll: :??: ), obediente, buena, tranquila... y eso que es malamute, que dicen que no se le puede enseñar. Aunque es cierto que es muy cabezota y hay que repetirle las cosas, pero es increíblemente buena. No da nada de trabajo. Se conforma con pasear por cualquier sitio, en casa... qué decir, es casi como tener una alfombra, cariñosísima, ... Vamos, qué puedo decir.
Mucha suerte con tu perrita.
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