Nayara Cachorrit@
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Publicado: 25/08/2008 16:38
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Hola, hace tiempo que no posteo. Os voy a copiar un texto sobre la vacunación de gatos del foro en el que participo en el cual (en el texto, no el foro) se opina que las vacunas anuales son excesivas y son un saca dineros. Que sobraría con las de cachorro, luego al año y luego cada tres años. Y que puede que con las de cachorro sobraran. Incluso que son perjudiciales y pueden crear sarcomas. Que a los mamíferos se les debería vacunar como a los humanos. Entonces como tengo a Coco (mi perro) me pregunto si para perros no sería también igual y la vacunación anual es excesiva y un saca dineros. A ver si alguien sabe algo de esto. He estado buscando por aquí algo relacionado pero no he encontrado nada. Os copio el texto del que hablo. Gracias.
EL PINCHAZO ANUAL—MAS COSTUMBE QUE CIENCIA
Por qué los gatos en EEUU no son vacunados cada año y por qué nuestros gatos tampoco tienen que ser vacunados anualmente.
por Monika Peichl
Desde hace décadas nos hacen creer a nosotros los dueños que los gatos tienen que ser vacunados anualmente. Sin embargo, no hay ninguna justificación científica. Veterinarios de EEUU conscientes de sus responsabilidades han criticado esta dudosa práctica de vacunación desde hace más de 10 años, en un muy divulgado manual para la práctica veterinaria (“Kirk’s Current Veterinary Therapy”). Pero aún así esto duró hasta finales de 1997, hasta que las asociaciones veterinarias competentes pusieron fin al disparate de las vacunaciones anuales e iniciaron una nueva pauta de vacunación.
Entretanto la mayoría de los veterinarios alemanes han oído sobre ello, pero muchos ignoran el bien fundamentado mensaje de los investigadores americanos. Los veterinarios que vacunan cada vez menos, representan una minoría en este país, son atacados por sus compañeros e incluso desacreditados en el colegio de veterinarios. Se teme perder ingresos: las vacunaciones representan entre el 20 y el 40% dl volumen de negocio de una clínica veterinaria.
Mientras que la mayoría de los veterinarios se oponen a los datos científicos, los dueños tenemos que ocuparnos de un plan de vacunación sensato para nuestros gatos. La regla debería decir lo mismo que para las vacunas humanas: Tantas como sean necesarias, tan pocas como sean posibles.
¿Contra qué se vacunan a los gatos?
Muchos gatos son vacunados anualmente contra Rinotraqueitis felina (Herpes y Calicivirus) y Panleucopenia felina (Parvovirus felino), los gatos que salen de casa también contra Leucemia (FeLV) y contra la rabia. Algunos dueños, sobre todo criadores, también vacunan contra Clamídeas (un germen que puede atacar a los ojos) y contra la Peritonitis Infecciosa Felina (PIF). Muchos gatos de casa son vacunados al menos 3 veces al año, los que salen a menudo 5 veces y los destinados a crianza entre 5 y 6 veces al año.
¿Por qué se vacunan en realidad?
Los planes de vacunación reinantes son el resultado tanto del negocio como de la ignorancia y el desinterés. Todo comenzó con la vacuna contra la rabia. Antes eran vacunados sobre todo perros con vacunas vivas contra la rabia, que se demostró demasiado peligrosa porque el virus puede llegar a ser activo de nuevo y provocar la enfermedad. Cuando se desarrollaron las primeras vacunas con virus inactivos o muertos, se declaró que también protegían durante varios años. Sin embargo, en la prescripción contra la rabia está escrito que perros y gatos en libertad en zonas amenazadas por la rabia deben recibir un refuerzo anual. El legislador trata, comprensiblemente, de proteger a la gente tan bien como sea posible frente a esta enfermedad. Por eso fue establecido un intervalo de vacunación muy corto (mayor para la rabia más adelante).
La vacuna de la rabia marcó el ritmo para el resto de las vacunas que con el tiempo fueron desarro- lladas y lanzadas al mercado. La primera vacuna especial para gatos fue contra Panleucopenia felina. Curiosamente en los años cincuenta se daba por supuesto que una única dosis de la entonces vacuna disponible protegía a los gatos para el resto de sus vidas. Esto se puede consultar en los viejos libros de texto. Desde entonces este conocimiento parece haberse perdido, ya que las siguientes vacunas desarrolladas se lanzaron al mercado con la prescripción del refuerzo anual.
¿Quién determina lo que aparece en la hoja de instrucciones?
En el “modo de empleo” de los prospectos de las vacunas aparece siempre: “se recomienda renovar anualmente las vacunas”. ¿Quién decide realmente lo que aparece en el prospecto sobre el intervalo de vacunación? Respuesta: el propio fabricante de la vacuna. El organismo que autoriza las vacunas animales, el Instituto Paul Ehrlich, no prescribe a los fabricantes nada en absoluto en relación a esto. Y los reglamentos de prueba y autorización de las distintas vacunas (las “Monografías” en “El Recetario Europeo”) no dan la más mínima regla para controlar la duración de la inmunidad. Solamente se exigieron análisis sobre la eficacia y las contraindicaciones de las vacunas, no sobre la duración de la protección.
Este vacío fue utilizado con gusto y empeño por la industria y muchos veterinarios no ponen objeciones pues las vacunas les garantizan la afluencia regular de pacientes. Hay en Alemania un par de productos para perros y gatos, para los que se recomienda reforzar cada 2 años. Pero también este intervalo está establecido arbitrariamente y no está justificado inmunológicamente.
¿Cómo es la vacunación para los humanos?
La duración de la inmunidad está muy probada en las vacunas humanas, a través de la medición en miles de vacunaciones de los anticuerpos. Pero los anticuerpos no lo son todo. En principio se parte de la base de que las vacunas contra virus y bacterias producen una continua memoria de inmuni-dad. No en todas las vacunas se mantienen los anticuerpos durante mucho tiempo, lo que no signifi- ca que desaparezca la protección. Además de la inmunidad humoral con los anticuerpos existe también la inmunidad celular. Las células de defensa que alguna vez tuvieron alguna relación con un germen patógeno o antígeno, permanecen muchos años o hasta de por vida en el cuerpo y se vuelven rápidamente activas si aparece el germen. Ponen a las otras células de defensa en acción, de manera que se desarrolla una gran cascada de reacciones inmunitarias.
Esto es igual para los pequeños mamíferos. Gatos, perro, etc. También disponen de inmunidad celular.
Los humanos somos vacunados de niños contra una serie de gérmenes patógenos infecciosos. Las vacunas se repiten mayoritariamente 1, 2 o 3 veces. Las vacunas muertas se deben dar 2 veces para obtener una completa reacción inmunológica. En las vacunas vivas no sería necesaria una repe- tición, pero se realiza, para atrapar al 2% d fracaso en la vacunación, es decir niños en los cuales la 1ª o 2ª vacunación no tuvieron efecto. Por ejemplo la vacuna sarampión, paperas, rubeola.
En la juventud se termina la vacunación. Los adultos sólo son vacunados si existe un riesgo especial de contagio (por ejemplo en viajes o en el trabajo: Hepatitis B, Polio) o si la vacuna no ofrece una protección de por vida (cada 10 años Tétanos y Difteria). Aquí se habla de “consejos de vacunaci- ón”. Se renovará sólo por necesidad y sólo en grandes intervalos y tampoco tan fácilmente, porque el médico otra vez lo que quiere es ganar.
Para nuestras mascotas esto es desgraciadamente de otra manera. Ellos son vacunados sin que exista una base médica.
¿Las repeticiones anuales no ofrecen una mayor protección?
No, no siempre es el caso. En estudios en perros se demostró que la renovación no aporta protec- ción adicional. Los anticuerpos aumentan muy poco cuando se revacuna –los anticuerpos existentes se lanzan sobre los antígenos de la vacuna y los hacen inocuos, apenas se fabrican nuevos anticuer- pos. Todo permanece prácticamente como antes.
¿Perjudican las vacunaciones anuales?
Ese es el punto crítico: las vacunaciones constantes no son sólo innecesarias médicamente, sino que pueden perjudicar. Muchos veterinarios lo niegan todavía.
Cáncer mortal al vacunar
Los gatos pueden enfermar de cáncer al vacunarlos, por ejemplo con un fibrosarcoma asociado a la vacunación. Esto es un tumor maligno que aparece un par de semanas o meses después de una vacuna en el lugar de la inyección –normalmente entre los omoplatos o en la pared pectoral- como un bulto (granuloma) bajo la piel y puede proliferar rápidamente. En la medicina veterinaria de EEUU ya no se duda de la grave relación entre la vacuna y el origen del sarcoma en gatos. En Alemania se inclinan por continuar con el tema. Sin embargo hace poco el oncólogo de pequeños
Animales Dr. Martin Kessler calculó en un congreso de mascotas en Berlín la frecuencia de 1 a 1.000. La mayoría de los gatos con sarcomas tienen en el momento de la enfermedad entre 6 y 11 años, han recibido por lo tanto muchos pinchazos. No obstante, también se encuentra en gatos más jóvenes. El sarcoma, por ahora, sólo se puede tratar a través de operaciones radicales introduciendo tejido sano. Después de la operación el tumor casi siempre se vuelve a desarrollar. El tumor condu- ce en la mayoría de los casos a la muerte.
¿Cómo se puede prevenir el sarcoma?
La mejor precaución es vacunar a los gatos sólo cuando sea necesario. Es importante vacunar a los gatitos ya que son los más susceptibles a las enfermedades infecciosas. Los animales adultos están menos amenazados por las infecciones de lo que se nos quiere hacer creer. Junto a la ampliación de los intervalos de vacunación, que se ha convertido en habitual en EEUU, se encuentran otras medidas de precaución. El grupo de trabajo del sarcoma felino asociado a la vacunación ha elaborado unas normas.
Se debe renunciar a vacunar repetidas veces con la misma inyección. Es decir, no se debe vacunar con la misma jeringuilla en un mismo sitio, aunque sea lo más cómodo y lo más rápido para el veterinario y el paciente. Cuantas más vacunas en un mismo sitio, mayor es el riesgo de sarcoma.
Las vacunas contra Panleucopenia y Rinotraqueitis deben ser administradas en la pared pectoral, la de la rabia en la pata trasera derecha y la vacuna contra la leucemia felina en la pata trasera izquierda. Una pata puede ser amputada para parar el desarrollo del tumor y el gato puede vivir sin problemas con tres patas. No se debe volver a vacunar entre los hombros, ya que es muy difícil operar ahí un tumor.
Aquí se vacuna mayoritariamente entre los hombros; golpee al veterinario en el brazo, si quiere colocar ahí la inyección.
¿Cómo se vacuna ahora en EEUU?
El nuevo esquema de vacunación de gatos de la asociación veterinaria de EEUU dice:
-Inmunización básica en cachorros (después de la octava semana dos vacunas cada 4 semanas),
-Un refuerzo al año
-Y a partir de ahí cada 3 años.
Se vacunarán contra cualquier germen patógeno, guiándose de la conducta (en casa o en libertad).
¿Cómo saben los veterinarios de EEUU que esto es suficiente?
Como ya se dijo anteriormente: El sistema inmunológico de los pequeños mamíferos es absolutamente igual al de los humanos. Si las vacunas humanas duran muchos años, es igual para gatos, perros y conejos.
Además científicos realizaron en los años 90 largos estudios en gatos con la vacuna triple contra Rinotraqueitis y Panleucopenia
Los animales reciben de cachorros con 8 y 12 semanas una inmunidad básica y no son vacunados más. Siete años y medio después todavía tienen una buena protección, si se contagian con gérmenes patógenos. La protección contra Panleucopenia es efectiva al 100%, a protección contra Herpes y Calicivirus se eleva al 52 y 63% rspectivamente. La vacuna contra Rinotraqueitis no evita totalmente la enfermedad. No evita a menudo el contagio, pero suaviza el desarrollo de la enfermedad. En los grupos de control de estos estudios algunos animales enfermaron gravemente.
Un nuevo estudio de enero de 2001 apoya estos resultados. Los científicos estudiaron gatos de un gran número de laboratorios y gatos de casa y llegaron a la siguiente conclusión: los animales están protegidos contra estas enfermedades cuando están vacunados –independientemente del tipo de vacuna y sobre todo independientemente de cuándo fueron vacunados.
¿Qué vacunas deben tener los gatos de casa?
Los gatos de casa tienen un riesgo mínimo de contraer enfermedades infecciosas. Es cierto que los humanos pueden transmitir Panleucopenia, porque el Parvovirus felino se mantiene mucho tiempo en los alrededores. Por lo que la vacuna contra Panleucopenia es la mejor, la más efectiva: un animal que fue inmunizado de cachorro, está protegido durante mucho tiempo, probablemente de por vida. Además: la mayoría de los gérmenes patógenos son peligrosos o incluso mortales para los jóvenes, pero los animales adultos con un buen estado general estarán mucho mejor preparados.
En cambio la vacuna contra Rinotraqueitis no es tan buena a la larga. Muchos animales vacunados son portadores del virus y también están infectados con Herpes, pero sobre todo con Calicivirus y eliminan el virus. Cuando se ve que un gran número de gatos vacunados se vuelven enfermos crónicos de Rinotraqueitis, se debería pensar sobre esta vacuna. El Calicivirus ha vuelto desde la introducción de la vacuna incluso más obvio que antes. Se sabe en ciencia desde hace tiempo, que la vacuna de Calicivirus existente cada vez funciona menos contra el virus. Por lo tanto el virus de la vacuna se puede volver virulento, es decir, peligroso, y ser transmitido de animal en animal y provocar epidemia en (a saber vacunados) crías o animales de casa.
Vacunar a los cachorros no hace daño en general, pero se debería reflexionar si se deja vacunar a animales adultos. Es importante mantener tan lejos como sea posible a los gatos jóvenes de contagio para eliminar el virus del Rinotraqueitis.
En algunas vacunas contra Rinotraqueitis se incluye una vacuna contra Clamídeas, un germen bacteriano. En gatos de casa y crías las clamideas pueden resultar resistentes. La vacuna no es sin embargo el camino ideal para deshacerse del germen, como se dice siempre. Las existencias traen un éxito duradero: además esta vacuna es conocida por sus efectos secundarios. La asociación veterinaria de EEUU recomienda para los gatos de casa: Inmunidad básica contra Panleucopenia y Rinotraqueitis de cachorros (sin clamidea), al año el refuerzo, y después cada 3 años. Pero este intervalo de tres años está basado más en intereses económicos del veterinario que en necesidades médicas. Pues estas vacunas duran, como ya se sabe, más de tres años.
Qué vacunas deberían tener los gatos que salen?
Los gatos en libertad deberían estar protegidos además de contra Panleucopenia y Rinotraqueitis, contra FeLV: inmunidad básica y refuerzo al año. La vacuna debe ser probada primero, sólo puede ser vacunado si es FeLV negativo. Si se debe renovar la protección, está siendo discutido por los veterinarios de EEUU. Se habla mucho sobre que se debe omitir la vacuna en gatos adultos: primero, porque la protección dura mucho más de un año, segundo, porque los gatos adultos tienen unas buenas defensas propias contra el germen. La vacuna FeLV contribuye a menudo por encima de la media a la formación de sarcomas, por lo tanto se aconseja prudencia con esta vacuna. En zonas donde no hay gatos vagabundos sin vacunar o sin castrar el riesgo de contagio es mínimo, ya que estos son los principales transmisores. Las nuevas adquisiciones de salud y vacunas poco claras deberían pasar primero una cuarentena y ser probados tanto en FeLV como en “SIDA felino”, contra lo que en Europa no hay vacuna. (En EEUU la primera fue lanzada en la primavera de 2002).
¿Qué pasa con la vacuna de la PIF?
La vacuna contra la Peritonitis Infecciosa Felina está también en discusión en Alemania entre los veterinarios a causa de su insuficiente eficacia. Sobre todo los criadores recurren a ella. Es útil sólo si los gatos no están infectados con el Coronavirus felino, el cual puede mutar en un animal al germen PIF. La mayoría de los gatos ya están infectados con Corona –sin estar enfermos por ello- por lo que la vacuna no tendría sentido en ellos. La infección Corona no significa en absoluto que un gato deba tener PIF, eso pasa por suerte pocas veces y sucede mayoritariamente en animales jóvenes en situaciones de estrés. La PIF no se contagia de gato a gato.
¿Qué pasa con la vacuna de la rabia?
La vacuna de la rabia para mascotas sigue en primera línea para proteger a los humanos de esta enfermedad mortal. Los humanos están sobre todo amenazados por la rabia urbana, es decir la rabia de los perros, la cual fue erradicada hace décadas. Sólo queda la rabia silvestre: la rabia de los zorros y casos raros de murciélagos. En zonas libres de rabia se puede renunciar a la vacuna para los gatos que salen de casa, la cual contiene un alto riesgo de sarcoma. En zonas amenazadas por la rabia se debe reflexionar si el gato puede encontrarse con un zorro infectado. Desgraciadamente aquí no hay como en EEUU una vacuna contra la rabia identificada oficialmente por tres años. Aunque los productos en venta ofrecen igualmente una protección superior al año. Estudios en animales vacunados lo demuestran (y los datos del fabricante, como por ejemplo con la vacuna contra la rabia Rabdomun (es el nombre de la vacuna de ese fabricante) –con la que los gatos vacunados están protegidos al 100% 4 meses después, confirmado por los tests de infección). En viajes al extranjero con el gato se exige un certificado de vacunación. Parece absurdo que los animales de exposición deban ser vacunados anualmente según decreto. Las crías viven en casa, como mucho en el jardín y tienen por lo tanto un riesgo de contagio mínimo. Es para pensar, si se debería comprobar la protección en vez de a través de la revacunación anual, a través de un análisis de sangre. Los anticuerpos dan una información segura de la vacuna de la rabia, si existe inmunidad o no.
¿No hace falta volver anualmente al veterinario?
El renunciar a las vacunas anuales no significa que el gato no vuelva al veterinario. Sobre todo los gatos mayores deben ser analizados cuidadosamente por lo menos una vez al año. Esto no se trata de ahorro, sino de precauciones para la salud.
Para terminar dos citas del profesor Ronald D. Schultz, veterinario inmunológico de la Universidad de Wisconsin en Madison:
“La recomendación de vacunar a las mascotas anualmente, es cada vez menos aceptable en vista del creciente número de efectos secundarios, tales como la aparición de graves enfermedades o incluso la muerte, y en vista del creciente número de vacunas disponibles”.
“Mis propias mascotas son vacunadas de cachorros 1 o 2 veces y nunca más, a excepción de la vacuna contra la rabia, que se les da cada tres años desde que está en venta un producto de 3 años. Sigo este programa desde 1974, y ni mis mascotas ni las de mis hijos ni nietos han cogido una enfermedad infecciosa.” _________________
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